2014-10-17

El Che sigue vivo en una América Latina que avanza hacia su liberación

Norberto Galasso, coautor del libro “Ernesto Guevara, cuando no era el Che”, no pudo estar presente en su presentación en la 8ª Feria Regional del Libro en San Martín de los Andes por problemas de salud. Sin embargo, dejó un mensaje al auditorio para que sea reproducido. A continuación, su intervención completa

“Es una gran satisfacción estar de un modo u otro acompañando esta 8º Feria Regional del Libro, aunque en realidad mi gusto sería estar personalmente con ustedes. Pero el hombre propone y el físico y los años son los que disponen hasta donde uno puede movilizarse. Anduve con algunos problemas respiratorios últimamente que hacen que llegue a ustedes a través de la tecnología. ¿Por qué la ocurrencia de este libro y esta presencia? Debemos relacionarlas, por un lado, a la vigencia que todavía tiene el Che en una Europa y Estados Unidos en plena crisis, mientras que, por el contrario, América latina transita un momento importante de avance hacia su liberación y unificación. El Che es una expresión de ese carácter latinoamericano que excede las fronteras argentinas: pelea en Cuba y luego muere en Bolivia. Con Maximiliano Molocznik y Mara Espasande hicimos una investigación sobre los factores que fueron influyendo en el Che en todo el período previo a su primer viaje por Latinoamérica. De muchachito se ve que estaba en una búsqueda, en una necesidad de encontrar un camino definitivo a su vida. En la experiencia que hace en distintos lugares de América del Sur, va observando la realidad latinoamericana. Esto le hace reafirmar su idea de que había que luchar por el hombre nuevo. Una idea que no es abstracta, como algunos sectores de la izquierda mal ideologizada creen, sino que lo llevan a la acción concreta y al compromiso que adquiere en el momento en que lo conoce a Fidel y se embarca en el Granma. En la Argentina, el Che estuvo en pocos lugares, entre ellos Alta Gracia y La Pastera, cuando inicia su primer viaje por Latinoamérica con Alberto Granado y se ve obligado a parar en el recorrido. Como pueden pasan dos noches en el galpón de forraje que hoy justamente ha quedado por acción de los trabajadores de ATE resguardado como un lugar que identifica dónde los jóvenes iniciaban aquel viaje notable. El Che conoce la realidad social de América latina, incluso la arqueológica en Machu Pichu y la política después, en la medida que conversa con figuras importantes como el Doctor Pesce en Perú e Hilda Gadea del aprismo. Nosotros hicimos este pequeño aporte, porque la mayoría de los libros sobre el Che dan poca importancia al período de formación en el que él es admirador de poetas latinoamericanos como Guillén, Neruda, Vallejo. Está en Córdoba mirando hacia la América latina profunda y no, como otros, que tenían lecturas profusas en Buenos Aires, mirando hacia Francia o Inglaterra. Una vez más, una felicitación por el proyecto y una disculpa de no poder estar presente”.